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Revista Digital de Investigación y Postgrado, 6(12), 201-209
ISSN electrónico: 2665-038X
Asimismo, las realidades mundiales, nacionales, locales e institucionales de diferentes naturaleza,
están demandado del desarrollo de otro enfoque educativo a nivel universitario, que mejore el
desenvolvimiento de la persona como ser vivo, pensante, racional, humano y del profesional
como sujeto técnico, capacitado y versado en un área académica en concreto o como profe-
sional integral y transdisciplinario, porque hay que dejar atrás el modelo tradicional, e ir hacia
una dirección que se encamine a la valoración como reflexión crítica de los procesos de ense-
ñanza-aprendizaje, en el reconocimiento de las competencias, habilidades, destrezas, aptitudes,
dones y virtudes de los estudiantes.
Al respecto, Zhizhko (2017) plantea que a nivel universitario la enseñanza por competencias
exige que estas se articulen con la experiencia. Sin embargo, la tarea no es fácil para lograrlo
se requiere incorporar la experiencia en el propio proceso formativo sin menoscabar la manera
de ver y explicar al estudiante el mundo o las realidades.
No obstante, es necesario resaltar que existe la necesidad de promover esta metodología por-
que se siguen observando en las aulas de clases, estudiantes que están en proceso de forma-
ción académica, con un modelo de asesoría, acompañamiento y orientación que conlleva a
desarrollar un sistema de aprendizaje arcaico, conductista, repetitivo e improductivo; que no
ayuda a pensar pero tampoco a comprender ni resolver situaciones que demanda el estudiante
universitario, es decir, se está desarrollando, una enseñanza discriminativa, porque se limita al
estudiante a no producir desde lo propio, sino; desde el pensamiento de otras personas, que
lo aísla y de un saber crítico, eclético y holístico.
En tal sentido, es prioritario promover este enfoque metodológico, dado que aún persisten en
las aulas modelos de asesoría y acompañamiento basados en esquemas de aprendizaje arcai-
cos, conductistas, repetitivos e improductivos. Estos modelos no fomentan la reflexión ni la
comprensión, y mucho menos la resolución autónoma de problemas. En consecuencia, se con-
tinúa promoviendo una enseñanza limitada y discriminativa, que inhibe al estudiante de pro-
ducir conocimiento desde su propia perspectiva, y lo somete a reproducir el pensamiento de
otros, alejándolo de un saber crítico, ecléctico y holístico.
En otras palabras, es necesario materializar una educación universitaria centrada en comprender
qué y cómo aprende él estudiante, para que se consoliden en un recurso, oportunidad, o he-
rramienta viviente, que esté al servicio de todos los actores del proceso educativo, y se obtenga
el pleno desarrollo de las capacidades, dones, potencialidades, habilidades, competencias, vir-
tudes de todos, y al mismo tiempo, se promueva un futuro profesional que es competente para
tomar decisiones, a partir de los logros y aspiraciones del mismo protagonista que busca de-
sarrollarla. De esta manera, como manifiesta Lora (2020, p. 84) las competencias deben cen-
trarse en “lo que se puede hacer, de lo que se sabe hacer, y de lo que se tiene la voluntad de
hacer (Ser, Hacer, Saber-Hacer). Sin descuidar, lo señalado por Rodríguez (2003, p. 82) “estar al
día de los temas relevantes y ofrecer criterios de validación del conocimiento”.
En este orden de ideas, se requiere de un docente universitario con cualidades competitivas y
Retos del profesorado al guiar aprendizajes competitivos en saberes distintos a su especialidad