Revista Digital de Investigación y Postgrado, 6(12), 27-48
ISSN electrónico: 2665-038X
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dad. Otras técnicas incluyen: (a) Brainstorming (Cirigliano y Villaverde, 1981; Pimienta, 2008),
que estimula la creatividad mediante ideas libres y estructuradas. (b) Exposiciones orales (Castro,
2017), donde los estudiantes organizan y comunican conocimientos científicos. (c) Discusión
grupal (Cirigliano y Villaverde, 1981), facilitando intercambio de ideas en un ambiente colabo-
rativo. (d) Formulación de preguntas (Inf. 6), clave para desarrollar pensamiento crítico e inda-
gación científica. (e) Resolución de problemas (Inf. 4), aplicando conocimientos teóricos en
contextos reales. (f) Conversatorios (Centro de Investigaciones y Servicios Educativos, s.f), pro-
moviendo diálogo reflexivo. (g) Debates (Cirigliano y Villaverde, 1981; Pimienta, 2008), incenti-
vando argumentación y participación (Inf. 4, 5 y 6).
En cuanto a la categoría axial evaluación del aprendizaje en ciencias naturales esta adopta un
carácter formativo y procesual, permitiendo a los docentes identificar desviaciones y ajustar es-
trategias pedagógicas (Flórez, 1999; Amengual, 1989). La evaluación formativa, destacada en
testimonios docentes (Inf. 5 y 6), proporciona retroalimentación en tiempo real, facilitando la
mejora continua. Stefflebeam (1987) enfatiza su rol como guía para la toma de decisiones, mien-
tras que la evaluación sumativa (Camilloni, 1998) certifica aprendizajes y competencias cientí-
ficas, integrando hipótesis, experimentación y análisis (Inf. 5).
La evaluación procesual (Alves y Acevedo, 1999) valora desempeño, actitud y rendimiento (Es-
tévez, 2000), trascendiendo resultados finales. Técnicas como la observación (registros anecdó-
ticos, escalas de estimación) permiten evaluar habilidades prácticas y colaborativas (Inf. 2, 4 y
6), aunque requieren cuidado para evitar sesgos subjetivos. Instrumentos como diarios des-
criptivos (Inf, 5) y listas de cotejo optimizan la objetividad.
Por otra parte, desde un marco integrador y a manera de síntesis se plantea que las competencias
científicas e investigativas constituyen un pilar fundamental en la formación educativa contem-
poránea, integrando dimensiones cognitivas, procedimentales y actitudinales. Desde una pers-
pectiva constructivista (Vygotsky, 1978; Piaget, 1968), estas competencias trascienden la mera
adquisición de conocimientos, promoviendo habilidades esenciales para el análisis crítico y la
resolución de problemas complejos. Las competencias cognitivas involucran la capacidad de ana-
lizar, comprender, interpretar y explicar conceptos o fenómenos científicos. Estas comprenden:
•Argumentación científica. La capacidad para estructurar razonamientos basados en evi-
dencia, fundamental en la comunicación de hallazgos y la refutación de ideas. “Es
cuando se propone un argumento se da una razón para pensar que su conclusión es
verdadera” (Iacona, 2018 p. 65). “Es la capacidad de formular preguntas, experimentar
y comunicar sus hallazgos de manera efectiva" (Inf. 5) es una competencia central en el
proceso científico, ya que fomenta una comunicación estructurada que respalda las con-
clusiones con evidencias sólidas.
•Comprensión de conceptos científicos. Es una habilidad esencial en la formación y el de-
sarrollo de competencias investigativas, ya que implica no solo la memorización de in-
formación, sino también la capacidad de entender y relacionar los diferentes conceptos
entre sí. De acuerdo con Pérez (2008, p. 76) es una “construcción teórica que tiene como
Competencias científicas e investigativas estudiantiles desde una perspectiva
interdisciplinaria en la educación media general