El ciberespacio y la investigación emergente:
una visión transepistémica y
transdialógica desde la
transcomplejidad
Cyberspace and emerging research:
a transepistemic and transdialogic
vision from transcomplexity
Como citar: Hernández, B. G. R.(2024). El ciberespacio y la investigación emergente: una visión
transepistémica y transdialógica desde la transcomplejidad. Revista Digital de Investigación y Pos-
tgrado, 5(10), 233-246.
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Gregth Raynell Hernández Buenaño*
https:orcid.org/0009-0002-2834-6268
Caracas / Venezuela
* Doctor en Educación, Universidad Católica Andrés Bello, Caracas - Venezuela. Metropolitan International Uni-
versity. Director de Asuntos Académicos. Email: gregthhernandez@gmail.com
Revista Digital de Investigación y Postgrado, 5(10), 233-246
ISSN électronique: 2665-038X
Recibido: Abril / 3 / 2024 Revisado Abril / 6 / 2024 Aceptado: Mayo / 17 / 2024
Resumen
Este escrito analiza el ciberespacio como un escenario de investigación emergente desde la
transcomplejidad, explorando la migración del hombre hacia la digitalidad y las posibilidades
de trascender los esquemas tradicionales de investigación. A través de una revisión exhaustiva
de la literatura, se identifican conceptos y teorías relacionados con el ciberespacio, la trans-
complejidad y la investigación social. Los resultados sugieren que el ciberespacio configura una
cosmovisión integradora y profusa mediante la conectividad, interactividad e inmediatez. Desde
la transcomplejidad, permite actividades investigativas que desafían la cartografía epistémica
clásica, desapegándose de estructuras gnoseológicas, metodológicas y teleológicas conven-
cionales. El estado del arte emergente se configura como una expresión de libertad y conciencia
que incorpora dimensiones ontológicas, epistémicas, praxeológicas, tecnológicas, metodoló-
gicas, axiológicas y ecológicas. Así, el ciberespacio se presenta como un escenario de investi-
gación transdisciplinario y transmetódico, que desafía los esquemas tradicionales y promueve
una narrativa consciente e inconclusa.
Palabras claves:Ciberespacio, Transcomplejidad, Investigación Social, Migración paradigmática,
estado del arte emergente.
Resumen
This paper analyzes cyberspace as an emerging research setting from the perspective of trans-
complexity, exploring humanity's migration towards digitality and the possibilities for transcen-
ding traditional research frameworks. Through an exhaustive literature review, concepts and
theories related to cyberspace, transcomplexity, and social research are identified. The results
suggest that cyberspace forms an integrative and extensive worldview through connectivity, in-
teractivity, and immediacy. From the standpoint of transcomplexity, it enables research activities
that challenge classical epistemic mapping, detaching from conventional gnoseological, met-
hodological, and teleological structures. The emerging state of the art is configured as an ex-
pression of freedom and awareness, incorporating ontological, epistemic, praxeological,
technological, methodological, axiological, and ecological dimensions. Thus, cyberspace is pre-
sented as a transdisciplinary and transmethodological research setting, challenging traditional
frameworks and promoting a conscious and open-ended narrative.
Keywords: Cyberspace, Transcomplexity, Social Research, Paradigmatic Migration, Emerging
State of the Art.
Introdución
La naturaleza de la sociedad es dinámica y flexible, esta obedece al reflejo del hombre en comprender
su entorno y transformarlo mediante diferentes posturas paradigmáticas, una de ellas lo constituye la
tecnología. La contemporaneidad, bajo el concepto del ciberespacio, se sumerge en el halo de la in-
tangibilidad, interactividad e interconectividad, donde diferentes actividades se entrelazan y se sumer-
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gen en la digitalidad, un estado que desde una transición paradigmática promueve un entramado
cultural divergente, profuso y significativo que supera el enfoque clásico e instrumental inmerso en la
causalidad lineal, propio de la linealidad positivista, e induce en nuevas percepciones asociadas en la
construcción del Estado del Arte que repercute en la visión del ser, desde una postura metacompleja.
En este sentido, el propósito de este escrito es reflexionar sobre el recorrido paradigmático en el que
ha incursionado el hombre en su camino hacia la digitalidad, y la influencia de la transcomplejidad,
que sostiene un intercambio paradigmático, que permite avizorar al ciberespacio como un escenario
investigativo, que resignifica la cotidianidad y permite trascender a los credos paradigmáticos conven-
cionales.
Partiendo de lo descrito, este escrito se divide en dos partes, la primera apelada al hombre desde la
digitalidad que pretende brindar una visión reflexiva y filosófica de la relación hombre-tecnología, en
su camino hacia la digitalidad. Por otro lado, la segunda parte denominada: visión transparadigmática
del ciberespacio y el desarrollo investigativo, se centra en exponer el ciberespacio como un espacio
de investigación emergente, ofreciendo al investigador social una óptica caleidoscópica para estudiar
la sociedad desde un discurso transdialógico y transepistémico, alterna al discurso especular imperante
por parte de algunas comunidades académicas, permitiendo la construcción de un estado del arte
emergente, flexible y abierto
El hombre desde la digitalidad
En la actualidad, queda expuesta la importancia que posee el internet en la cotidianidad que de
forma indirecta y/o directa interviene en los procesos en que se desenvuelve el hombre y la sociedad.
Según Hernández (2020), Celulares, Ordenadores, Tabletas, Refrigeradores, Hornos microondas, son
algunos artefactos que se han reestructurado para aprovechar las bondades e implicaciones del in-
ternet, en un intento de mantenerse vigentes en una sociedad donde la conectividad e interactividad
introducen nuevas formas para repensar e involucrarse en la cotidianidad.
Para ello, las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), se han transformado en puente
entre tecnologías clásicas y avanzadas, estas últimas que, apodadas como inteligentes y/o digitales,
buscan distinguirse de las análogas por mantenerse asociadas a conceptos tales como: conectividad,
interacción, inmediatez e interindependencia, resumiéndose lo descrito, en expresiones tecnológicas
como una representación de su innovación, creatividad e inventiva. Asimismo, expresan de forma
natural los procesos de cambio y transformación de la actividad humana. En este sentido, la tecno-
logía, constituye una vía para cambiar el entorno y proveer un nuevo lente para percibir la cotidiani-
dad. De esta manera, la tecnología no representa solamente un objeto también ejemplifica el
pensamiento del hombre y su capacidad de reedificar continuamente la realidad.
Lo descrito indica, que la tecnología en sí representa un paradigma, ya que como señala Pérez (2009),
un paradigma está estrechamente relacionado con cambios, transformaciones, y transiciones, aso-
ciadas a formas de pensar, actuar e investigar, cambiando una situación imperativa, por varios esce-
narios que de forma individual o colectiva contribuyen en generar una metamorfosis del complexus
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social. La tecnología como paradigma no es único, por el contrario, posee múltiples ópticas para avi-
zorar sus posibilidades e implicaciones.
En este orden de ideas, el desenvolvimiento societal, es producto de una relación dialógica entre di-
ferentes paradigmas, siendo uno de estos la tecnología, hecho que ha dado origen a diferentes tran-
siciones e interpretaciones. La tecnología como una nueva forma de pensamiento representa el
cambio paradigmático desde la recursividad, y dialógica. En otras palabras, el surgimiento de una
tecnología no representa el detrimento de su predecesora, por el contrario, integra en su tejido ca-
racterísticas de su predecesora y establece hibridaciones para integrar otros paradigmas tecnológicos
ampliando su alcance y respuesta en la sociedad en continuum reflexivo y sinergial. De este modo,
el cambio tecnológico se vislumbra como transición paradigmática, que evidencia como el hombre
a través de la tecnología se sitúa en una relación que irrumpe la causalidad lineal asociada al positi-
vismo, lo que permite un estado de cambio, flexibilidad y pertinencia, estableciendo otras formas
para establecer la complementariedad entre diferentes enfoques y efectuar un abordaje complejo
de la realidad fenoménica.
Estas transiciones implican migraciones, pero no en términos físicos, sino paradigmáticos, para acercar
al individuo a nuevas interpretaciones epistémicas e inducir un estado de conciencia. Para ello, La
migración paradigmática es acuñada por Hernández (2020), como una relación dialéctica entre hom-
bre y su entorno, donde un individuo reflexiona sobre un paradigma y lo introduce en su entretejido
paradigmático o cosmovisión personal, resultando de ello, nuevas resignificaciones para adentrarse
en la cotidianidad ampliando su conciencia frente al cosmos circundante, adentrándose en múltiples
estructuras transparadigmáticas o cosmovisiones.
El telos de la migración paradigmática es un proceso personal reflexivo y abierto donde el individuo
decide si es conveniente reflexionar e integrar en su andamiaje un determinado paradigma. Al res-
pecto, el criterio de compatibilidad como indica Hernández (2020), hace referencia a la afinidad de
ideas, acciones y pensamientos que representa un paradigma o tecnología. Su aceptación o rechazo,
varía de acuerdo con el andamiaje paradigmático del individuo, por tanto, no existe una vía y/o mo-
mento concreto para transitar entre paradigmas y se desenvuelve de acuerdo a sus intereses, dispo-
nibilidad, estilo de vida, es decir, su cotidianidad.
Es preciso mencionar, que el Telos Migratorio nunca concluye, pues parte desde la reflexividad, apren-
dizaje e integración constante de posturas epistémicas, para generar un estado de conciencia que
apunte a una visión transparadigmática e induzca a un estado del arte emergente. Por ello, la mi-
gración paradigmática puede ser sinónimo de desapego, libertad y desobediencia, pues involucra
un tránsito entre diversas formas de pensamiento, evitando el apego o construcción de una zona de
confort, que puede disminuir la apertura del hombre al mundo.
Lo descrito, indica que el tejido societal desde el paradigma tecnológico se encuentra en constante
tránsito y no posee un punto de cierre, solo disminuye o aumenta su velocidad de cambio y trans-
formación de acuerdo a sus posibilidades e intereses. Desde esta postura, el hombre ha transitado
diversas tecnologías, es decir paradigmas para reestructurar el complexus societal. Un autor que
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describe esta relación es Toffler (1980) que, bajo el concepto de “Ola”, simboliza la transición de la
humanidad en diferentes etapas, donde la tecnología como paradigma ha sido un evento clave para
generar disrupciones significativas en el desarrollo social configurándose nuevas cosmovisiones en
el proceso, marcando un antes y después.
La Ola de Toffler, representa una acumulación, e integración paradigmática que ofrece una visión en-
trelazada y compleja de la realidad, que, visualizadas desde la transcomplejidad, induce a una cos-
movisión profunda y reflexiva, detonante de cambios ontoepistémicos significativos que redefinen el
entramado societal. Desde esta posición, existen tres Olas, es decir escenarios multiparadigmáticos.
La primera Ola hace referencia al cambio entre tecnologías cinegéticas y agrarias, dando pie al hom-
bre agrícola y los primeros asentamientos. La segunda Ola, hace referencia a la revolución industrial,
el surgimiento del maquinismo e indicios de la automatización moderna. Mientras que, la tercera
Ola representa la sociedad post industrial, donde las TIC han resignificado la actualidad e inducido
nuevas percepciones, producto de la interconectividad.
Desde la Migración Paradigmática, las Olas de Toffler, ponen en evidencia dos situaciones. La primera
alude que la presencia de un paradigma o tecnología no simboliza la adopción universal de este por
parte de toda la sociedad, dando pie a una relación dialógica entre el paradigma actual y predecesor.
La segunda señala que pese al aporte e importancia que posee un paradigma emergente, no re-
presenta una respuesta concluyente. Por tanto, la migración paradigmática se remite a establecer un
estado de conciencia y convivencia entre paradigmas nuevos y viejos, garantizando la apertura del
individuo frente a diferentes posibilidades paradigmáticas.
En este orden de ideas, lo expuesto permite dilucidar la convivencia entre tecnologías generacionales,
que de acuerdo con el andamiaje y apertura paradigmática se mantienen en la cotidianidad del in-
dividuo. En la actualidad, la convivencia entre tecnologías análogas y digitales, forman parte del de-
sarrollo de la tercera Ola, que, desde la introducción del computador, y el software que resignifica la
intangibilidad, y bajo el concepto de virtualidad, se inicia la simulación de procesos y/o actividades
estableciéndose puentes entre lo presencial y digital. La virtualidad, acorde con Hernández (2020),
es una representación dialógica entre lo presencial y digital, se encarga de emular la presencialidad
recreando actividades continuamente, ajustando la experiencia percibida del hombre frente a su con-
traparte física.
La virtualidad, en este orden de ideas representa una estructura hologramática, pues busca com-
prender e interpretar la presencialidad desde el todo y sus partes. Desde el pensamiento complejo,
de acuerdo con Morin (1995), es una forma de comprender los fenómenos, y analizar como el todo
está presente en cada una de las partes y viceversa. Los códigos informáticos, proporcionan las con-
diciones para que no se desestime ninguna parte y se puedan emular la mayoría de los componentes
de la presencialidad.
En este sentido la virtualidad, simboliza una autopoiesis, es decir una reestructuración constante e
integrativa de diferentes posturas paradigmáticas de la presencialidad acorde con las capacidades
informáticas. Orientadas en ofrecer una percepción profusa e interactiva de la realidad, implicando
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una representación multiparadigmática que apunte a una visión transparadigmática.
Lo señalado, involucra un ciclo metanoico basado en la autoorganización que sugiere una continua
construcción, desconstrucción y reconstrucción, con la intención de renovarse y ampliar la visión
transparadigmática y significativa del hombre respecto a la virtualidad, y las opciones que ofrece. En
este sentido, la virtualidad sostiene una naturaleza, dialógica, recursiva, e integradora que la separa
del discurso especular y la causalidad de la epistemología positivista, regulándose en continuum mul-
tiepistémico concibiendo una cosmovisión reflexiva e integradora, tal como lo constituye el ciberes-
pacio.
El ciberespacio, es una respuesta de la virtualidad en sus intentos de resignificar la intangibilidad y
apropiarse de posturas teoréticas procedentes de la presencialidad. Se representa de acuerdo con
Vilches (2002), como un escenario trascendental a los conceptos espacios temporales, no posee cen-
tro ni periferia y representa un contexto que posibilita el desenvolvimiento de actividades económicas,
políticas y sociales, sin las limitaciones tradicionales de la presencialidad. Visto de esta forma, el cibe-
respacio es un escenario que se alimenta de la virtualidad continuamente y proporciona canales para
facilitar la comunicación e intercambio entre usuarios y sus estructuras paradigmáticas, representando
variedad de formas de actuar, pensar y expresarse, fomentándose diversas reinterpretaciones feno-
ménicas que dan origen a una identidad que transciende a las posturas epistémicas y disciplinarias
que hacen parte, edificando un concepto recursivo e integrador como lo constituye la digitalidad.
La digitalidad, es una representación multifenoménica proveniente del ciberespacio que más allá, de
presentar una cultura derivada de la presencialidad mediante la virtualidad, se configura como un
paradigma integrador y recursivo que describe las actividades comerciales, políticas, culturales, e in-
terpreta las ideas, pensamientos y representaciones emergentes. En otras palabras, hace referencia
a un entramado societal que posee efectos sobre la presencialidad, virtualidad y en sí mismo, que de
acuerdo con Negroponte (1995) mantiene un lenguaje común, entendimiento intercultural, contenidos
multimedia, redes sociales, oficios, profesiones emergentes, y modelos económicos y políticos, que
sitúan al internet como epicentro de la cotidianidad, siendo bases la conectividad e interactividad
para garantizar el acceso, intercambio y comunicación.
Una Visión transparadigmática del ciberespacio y el desarrollo investigativo
El camino hacia la digitalidad demuestra que el dialogo hombre- tecnología ha transitado por dife-
rentes modelos epistémicos y representaciones paradigmáticas. La llegada del hombre al ciberespacio,
es una integración de múltiples paradigmas que se configuran en una cosmovisión en permanente
construcción, que sostiene un tejido entre lo cierto e incierto, que involucra nuevos matices para avi-
zorar la sociedad y los procesos que allí se contemplan, entre ellos, la investigación. Para ello la digi-
talidad, se transforma en un eje que permite conectar todos los paradigmas que allí convergen
constituyendo una identidad transparadigmática.
La digitalidad en este sentido, representa una oportunidad para fundar nuevas percepciones respecto
a la forma en que se desenvuelve la sociedad y se erige la investigación social. El tejido societal, con
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la presencia del ciberespacio, se caracteriza por promover un ciudadano, que se mantiene en cons-
tante conexión, adentrándose en un cosmos multicultural, donde no se limita en obtener y/o producir
conocimiento asociado a su contexto inmediato, por lo que se mantiene una visión multireferencial
que transcendé a sus barreras físicas y promueven un pensamiento que desdibuja fronteras e inducen
a una visión sin limitantes tradicionales.
Para el investigador social, el ciberespacio es una forma de expresión, convergencia y reflexión, brinda
a sus usuarios la oportunidad de exponer desde diferentes latitudes sus paradigmas e integrar en un
nivel superior sus ideas, y pensamientos, involucrando un discurso reflexivo e integrador que no de-
sestime su localidad, pero considere aspectos inherentes a la educación planetaria descrita por Morín,
lo cual promueve una postura glocal, es decir, un equilibrio entre lo global y local, esta relación no
busca generar una teoría absoluta, se orienta en buscar realidades relativas que hagan denotar la
ambigüedad fundamental de todo ser humano.
Lo descrito, apunta tal como señala Maffesoli (1979), a una sociología comprensiva, que requiere una
ruptura de un positivismo dominante y totalitario, y generar investigaciones sobre la cotidianidad,
cuyas trivialidades promueven investigaciones distintas y complementarias. Para ello, se requiere un
desapego de toda postura paradigmática, ya que estas constituyen sesgos que impiden avizorar la
cotidianidad del ciberespacio como una fuente de estudios profusa.
Desde el Telos de la migración paradigmática, el investigador debe mantenerse en movimiento, man-
teniendo una postura reflexiva y abierta. La reflexividad garantiza que el individuo este consciente de
los paradigmas existentes y sus posibilidades, mientras que la apertura impide un aferramiento a una
forma determinada de pensar, pues dificultad la llegada de otros paradigmas y la edificación de es-
tructuras de pensamiento propias, que constituyen alternativas paradigmáticas ante lo existente. En
términos investigativos, se trata de mantenerse en movimiento, consciente de la realidad paradig-
mática sin recaer en el apego, afiliación o establecimiento de una zona de confort, que se restringe
a una estructura gnoseológica, metodológica e incluso teleológica especifica que conduce a un de-
sarrollo lineal, secuencial, que ponen en detrimento diversas posibilidades de brindarle libertad al
pensamiento.
En este canon, la libertad del pensamiento obedece a un estado de cambio y conciencia, ya que
para conocer si el hombre es libre, debe estar consciente de las posturas que impiden tal condición.
En el quehacer investigativo, algunos investigadores como Balza (2020), establecen que la libertad
de pensamiento de un investigador, debe conducir a un estado de desobediencia paradigmática,
una irreverencia epistemológica para separarse de la hegemonía del pensamiento único, pertene-
ciente a la racionalidad científica.
Estas situaciones, permiten al investigador estar conscientes de los paradigmas instrumentales aso-
ciados a la matemática, física e informática que constituyen las bases estructurales del ciberespacio.
Mas como señala Martínez (2015), no pueden ser utilizados o concebidos como parámetros de las
ciencias de la Vida. Tampoco se trata de negar el valor disciplinario que poseen, sino subrayar su di-
mensión no exhaustiva en la investigación humana, por tanto, el estado de conciencia, permite al in-
El ciberespacio y la investigación emergente: una visión transepistémica y
transdialógica desde la transcomplejidad